skip to main |
skip to sidebar
Si me muriese hoy habría gente que hasta se alegraría. Para qué nos
vamos a engañar. Si es que incluso la peor noticia para uno puede ser
una gran noticia para los demás. Y lo tranquilo que me iría pensando que
iba a hacer a toda esa gente feliz de golpe. Celebrando mi defunción.
Alguno montaría una fiesta y bebería a mi salud. Con suerte les cogía a
todos un cólico nefrítico o acababan con un coma etílico celebrándolo en
el hospital. Dan ganas de resucitar sólo para verlo. A ver si lo de
Jesucristo fue el primer OWNED de la historia.
Si me muriese hoy
me gusta pensar que también habría gente que se pondría triste. Gente a
la que le sabría mal. Gente que me quiso por encima de mis
posibilidades. Gente que me echará de menos. Vete tú a saber por qué.
Son la gente a la que veo menos de lo que me gustaría. Gente a la que
últimamente no me da tiempo ni de llamar. La gente que me ha hecho
feliz. La gente que vale la pena. Gente por la que esta vida merece ser
vivida. Gente que para mí ha sido y siempre será especial.
Y por
último está toda esa gente a la que si me muriese hoy, le daría igual.
Vamos, la inmensa mayoría de la población mundial. Personas a las que
les acabo de dedicar más tiempo del que ellas me dedicarán jamás.
Si
me muriese hoy mismo dejaría tantas cosas a medias. Frases que jamás
supe ni pude acabar. Te voy a querer para toda la. Te voy a hacer la
mujer más feliz del. Lo nuestro nunca se. Por qué no nos. Hasta cuándo
vamos a. Yo nunca más me volveré a. Cuando quieras yo te. Jamás nos
separará ni nada ni. Qué hace ese hombre en tu. Mírame a los ojos y dime
que. No eres tú, soy. Es la primera vez que me.
Aunque la verdad
que si me muriese hoy también habría vivido muchísimo. Frases que
acabaron tan arriba que la verdad que daba lo mismo cómo empezaron.
Porque bien está lo que bien acaba. Y porque mal está lo que no mereció
ni un triste final. Curiosamente, todas rimaban con aquí y ahora. Jamás
con el pasado, ni con el futuro, ni con vamos a contar mentiras tralará.
Si
me muriese hoy mismo la verdad que sería una putada enorme. Justo
cuando acabo de conocerte. Justo cuando me he comprometido con la idea
de hacerte feliz. Ya, ya sé que mi credibilidad lleva 20 años buscando
asilo político de su propia hemeroteca. Pero todas las tendencias están
ahí para romperse. Y quién te dice a ti que he vivido lo que he vivido
para llegar a ti. Y quién te dice que no eres tú mi anomalía. Mi punto
de inflexión. Mi destino más original, que viene de origen, porque sólo
cuando sabes de dónde vienes puedes querer realmente dirigirte hacia
donde vas.
Por eso, si me muriese hoy, tendría por un lado la
tristeza de dejar de mirarte a los ojos para toda la eternidad. Pero por
otro, sería feliz por haberte disfrutado aunque sólo fuese unos días.
Porque una vez más, el corazón habría triunfado. Sí, ya sé que te he
puteado toda la vida, me diría, pero no me digas que no te he reservado
el mejor sabor de boca para el final. Y yo no tendría más remedio que
darle la razón, insisto, una vez más. Y es que lo que se firma con el
corazón puede acabar bien o puede acabar mal, pero como un error, jamás.
Es lo que tiene la sangre, que donde no hay vida, no está.
Por eso, si me muriese hoy, por fin tengo muy claros tanto mi esquela como mi epitafio.
La primera, sería un 'flyer' válido para entrar en cualquier macrobotellón con barra libre.
Y el segundo, tendría sólo tres palabras: su anuncio aquí.
Risto Mejide. 14 de junio de 2015
0 comentarios:
Publicar un comentario